El herpes zoster es una infección vírica ocasionada por el virus del herpes, la primoinfección resulta en la producción de varicela (o lechina) que es totalmente generalizada y se adquiere mayormente durante la infancia, una vez que el sistema inmunológico ataca ya reconoce como es la forma del virus y por lo tanto la varicela no puede reaparecer.
Sin embargo el virus realiza un mimetismo (cambio en su estructura) y produce las mismas lesiones pero en secciones del cuerpo que pueden ser: cara, cuello o tronco, este sería el Herpes Zóster o culebrilla. En otras palabras el herpes zóster resulta en una reactivación del virus que ocasionó varicela anteriormente, por lo tanto el principal factor de predisponencia para el herpes zóster es haber sufrido de lechina.
La diferencia entre la varicela y el herpes zóster es que la varicela invade el torrente sanguíneo, gracias a esto es que puede producir esas lesiones ulcerativas o costrosas por todo el cuerpo respetando las palmas y las plantas de los pies, por su parte el herpes zóster solo puede invadir los nervios periféricos generando las lesiones costrosas características solamente en una sección del cuerpo determinada.
El herpes zóster es muy contagioso ya que se transmite de persona a persona por contacto con las mucosas de las vías respiratorias, es decir por contacto con la saliva o el moco al toser, hablar o estornudar por lo tanto el afectado debería permanecer en aislamiento; como se dijo anteriormente para poder contraer esta fase del virus se necesita haber sufrido de varicela, entonces aquellos que nunca hayan contraído este virus si son contagiados con zóster desarrollaran varicela en lugar de la culebrilla.
La permanencia dentro del cuerpo es de aproximadamente 4 semanas y luego desaparece, sin embargo existen algunos tratamientos que ayudan a aliviar los síntomas antes de que se cumpla este periodo.
Este virus una vez que tiene contacto con el tejido respiratorio se replica dentro de el y luego se disemina a la sangre para ganar acceso a los nervios los cuales sufrirán un proceso inflamatorio lo que explica el dolor intenso que refleja el paciente, las lesiones son focales y edematizadas lo que conduce a la formación de vesículas llenas de líquido tisular que evolucionan a pústulas y posterior a esto a costras. A diferencia de la fase varicela el zóster puede reactivarse y esto dependerá del estado inmunológico del paciente, el virus permanece en estado de latencia dentro de los ganglios linfáticos esperando la oportunidad para volver a atacar.
Síntomas del Herpes Zoster
Los primeros síntomas son insudiosos ya que las manifestaciones clínicas comienzan con ardor, prurito (comezón) y ardor en el área lesionada, al cabo de unas pocas horas se desarrollan un grupo de vesículas dispuestas en racimos sobre la piel que cubre al nervio infectado; usualmente la lesión se centra en un solo lateral que se observan con frecuencia en tronco, cabeza y cuello, las lesiones permanecen en forma de vesículas por aproximadamente 5 o 6 días hasta que progresan a costras y detienen su diseminación.
Otros grupos de síntomas que pueden presentarse son:
- Dolor en la zona abdominal.
- Fiebre no mayor a 39°C acompañado de escalofríos.
- Malestar general.
- Cefalea intensa (dolor de cabeza).
- Artralgia (dolor articular).
- Debilidad muscular y salpullido local.
- Inflamación de los ganglios linfáticos.
En caso de que el herpes zóster se haya generado en la zona de la cara que regularmente se producen cercano a las cuencas oculares, algunos síntomas son:
- Pérdida parcial de la audición (hipoacusia).
- Dificultad para la visión.
- Caída del párpado afectado (ptosis).
- Dificultad motora del ojo.
Tratamiento para el Herpes Zoster
El principal tratamiento ofertado al paciente es farmacológico, este debe consumir un antiviral que evitará la replicación y propagación del virus dentro de su organismo, más recomendado es el Aciclovir por ser una variante del herpes ingerido por vía oral aunque dependiendo de la gravedad pueden ser recetados en forma endovenosa; es importante que el inicio del tratamiento sea pronto en un periodo no mayor a las 72 horas despúes de desencadenar los primeros síntomas, es muy beneficioso iniciar el tratamiento antes de que se generen las lesiones ulcerativas.
Sumado al antiviral pueden ingerirse otra terapia sintomatológica como antiinflamatorios (prednisolona) y analgésicos para disminuir la sensación de dolor, otros fármacos que se pueden consumir son: antihístaminicos y cremas para las lesiones como caladril o zostrix para disminuir el prurito.
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